lunes, 23 de febrero de 2009

Luis de Carvajal

Contemplaciones Metálicas

Caminando al alba con su cruz,
el santo contempla,
un silente cruce ferroviario.
Observa melancólico
el cordón metálico,
hilvanador de casuchas
velas crucifijos:
donde moran olvidados fantasmas.
Rompe el silencio
un viejo, latoso y maquillado
cadillac móvil.
De su interior
la metallika estridente
explota los cristales
y caninos coros
prolongan
los ecos
en el aire.
Banderita de genero
y linterna en sus manos
un hombre niño, juega
que dispara a un murciélago…
Irrumpe por el hilo metálico,
el dios de las distancias,
oruguiforme, ferroso, resollante,
alborotando durmientes:
pasa moliendo, masticando,
triturando, rojo escarabajo,
de alaridos humanos.

TE ESPERARE
Verso a verso,
canción a canción.
Construiré un palacio,
donde te esperare siempre;
con el fuego de mi crisol,
palpitante,
para que puedas
volver a guarecerte;
del frío indiferente
de las piedras
con corazón de hielo.

PREFERENCIA
NO QUIERO JARDINES Y BOSQUES PLASTICOS,
CON MARIPOSAS A CONTROL REMOTO.
LAS PREFIERO LOCAS E IMPREDECIBLES,
SOBRE VERGELES Y BOSQUES AROMADOS.


Mujer Frutal
Mujer boca de manzana,
tus uvas y tus melones,
¡Que tremenda tentaciÓn!.
En génesis de caricias
mordí tu cuerpo
frutal; cayendo
del paraíso
ligado a ti
para siempre,
por el gozo y el dolor,
de seguir pariendo piedras,
de seguir quemando ríos,
semillas de eternas noches,
tu que callas “ los silencios”
duérmete y apaga el sol.


La miseria y el viudo
La miseria,
mete su lengua por las rendijas.
Su baba pudre, pudre, pudre
las tablas de pino sin pintar.
Penetra como sombra en la oscuridad.
Su negro guante toca la roña
de jergones y muebles lisiados.
Baila grotescamente al ritmo de gateras.
Con su canción de frío cristaliza
las barbas canosas e hirsutas.
Arrugas mugrientas dan encía con encía
Roe, y destruye huesos viejos.
Expectora rojiverde.
Ríe, concierto, de tripas.
Cría piojos de raza.
Pudre, cartón sin vender.
Borra, la virgen del calendario.
Oxida, la cruz,
rescatada de un ataúd de caridad
Apolilla, el terno percan,
usado en el ultimo sufragio.
Ensucia, la demagógica sonrisa,
de un afiche que dice:
“ESTOY CONTIGO”

Hernan Gonzalez de Eslava

AL NACIMIENTO
El mal se destierra,
ya vino el consuelo:
Dios está en la tierra,
ya la tierra es cielo.
Ya el mundo es trasunto
del eterno Bien,
pues está en Belén
todo el cielo junto;
no fallece punto
de ser gloria el suelo:
Dios está en la tierra,
ya la tierra es cielo.
Ya baja a ser Hombre
porque subáis vos;
ya está Hombre y Dios
debajo de un nombre.
Ya no habrá más guerra
entre cielo y suelo:
Dios está en la tierra,
ya la tierra es cielo.

Francisco de Terranzas

Dejad las hebras de oro ensortijado...
Dejad las hebras de oro ensortijado

que el ánima me tienen enlazada,

y volved a la nieve no pisadalo blanco de esas rosas matizado.
Dejad las perlas y el coral preciado

de que esa boca está tan adornada;

y al cielo, de quien sois tan envidiada,

volved los soles que le habéis robado.
La gracia y discreción que muestra ha sido

del gran saber del celestial maestro

volvédselo a la angélica natura;
y todo aquesto así restituido,

veréis que lo que os queda es propio vuestro:

ser áspera, cruel, ingrata y dura.


Rayendo están dos cabras...
Rayendo están dos cabras de un nudo

soy duro ramo seco en la mimbrera,

pues ya les fue en la verde primavera

dulce, suave, tierno y muy sabroso.
Hallan extraño el gusto y amargoso,

no hallan ramo bueno en la ribera,

que - como su sazón pasada era -

pasó también su gusto deleitoso.
Y tras de este sabor que echabanmenos,

de un ramo en otro ramo van mordiendo

y quedan sin comer de porfiadas.
¡Memorias de mis dulces tiempos buenos,

así vay tras vosotras discurriendo

sin ver sino venturas acabadas!


Soñé que de una peña me arrojaba...
Soñé que de una peña me arrojaba

quien mi querer sujeto a sí tenía,

y casi ya en la boca me cogía

una fiera que abajo me esperaba.
Yo, con temor, buscando procuraba

de dónde con las manos me tendría,

y el filo de una espada la una asía

y en una yerbezuela la otra hincaba.
La yerba a más andar la iba arrancando,

la espada a mí la mano deshaciendo,

yo más sus vivos filos apretando…
¡Oh, mísero de mí, qué mal me entiendo,

pues huelgo verme estar despedazando

de miedo de acabar mi mal muriendo!

Miguel de Guevara

A Jesus Crucificado
No me mueve, mi Dios,
para quererte,
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor:
muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme en fin tu amor, de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
porque aunque lo que espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.
Poner al hijo en cruz
Poner al Hijo en cruz, abierto el seno,
sacrificado porque yo no muera,
prueba es, mi Dios, de amor muy verdadera
mostraros para mí de amor tan lleno.
Que, a ser yo Dios y vos hombre terreno,
os diera el ser de Dios que yo tuviera
y en el que tengo de hombre me pusiera
a trueque de gozar de un Dios tan bueno.
Y aún no era vuestro amor recompensado,
pues a mí en excelencia me habéis hechoDios,
y a Dios al ser de hombre habéis bajado.
Deudor quedaré siempre por derecho
de la deuda que en cruz por mí ha pagado
el Hijo por dejaros satisfecho.

Levántame, señor...
Levántame, Señor, que estoy caído,
sin amor, sin temor, sin fe, sin miedo;
quiérome levantar y estoy
me quedo:
yo propio lo deseo y yo lo impido.
Estoy, siendo uno solo, dividido:
a un tiempo muerto y vivo, triste y ledo;
lo que puedo hacer, eso no puedo;
huyo del mal y estoy en él metido.
Tan obstinado estoy en mi porfía,
que el temor de perderme y de perderte
jamás de mi mal uso me desvía.
Tu poder y bondad truequen mi suerte
que en otros veo enmienda cada día,
y en mí, nuevos deseos de ofenderte.

Antologia

Antologia de la literatura Novohispana