sábado, 6 de septiembre de 2008

Fabulas Chinas

Fabulas Chinas

son composiciones breves literarias en las que los personajes son siempre animales, plantas u otros objetos humanizados que presentan características humanas

DE CÓMO EL VIEJO TONTO REMOVIÓ LAS MONTAÑAS

Las montañas Taihang y Wangwu tienen unos setecientos de contorno y diez mil de altura.
Al norte de estos montes vivía un anciano de unos noventa años al que llamaban El Viejo Tonto. Su casa miraba hacia estas montañas y él encontraba bastante incómodo tener que dar un rodeo cada vez que salía o regresaba; así, un día reunió a su familia para discutir el asunto.
- ¿Y si todos juntos desmontásemos las montañas? – sugirió –. Entonces podríamos abrir un camino hacia el Sur, hasta la orilla del río Hanshui.
Todos estuvieron de acuerdo. Sólo su mujer dudaba.
- No tienen la fuerza necesaria, ni siquiera para desmontar un cerrejón – objetó –. ¿Cómo podrán remover esas dos montañas? Además, ¿dónde van a vaciar toda la tierra y los peñascos?
- Los vaciaremos en el mar – fue la respuesta.
Entonces el Viejo Tonto partió con sus hijos y nietos. Tres de ellos llevaron balancines. Removieron piedras y tierra y, en canastos los acarrearon al mar. Una vecina, llamada Jing, era viuda y tenía un hijito de siete u ocho años; este niño fue con ellos para ayudarles. En cada viaje tardaban varios meses.
Un hombre que vivía en la vuelta del río, a quien llamaban El Sabio, se reía de sus esfuerzos y trató de disuadirlos.
- ¡Basta de esta tontería! – exclamaba –. ¡Qué estúpido es todo esto! Tan viejo y débil como es Ud. no será capaz de arrancar ni un puñado de hierbas en esas montañas. ¿Cómo va a remover tierras y piedras en tal cantidad?
El Viejo Tonto exhaló un largo suspiro.
- ¡Qué torpe es Ud.! – le dijo –. No tiene Ud. ni siquiera la intuición del hijito de la viuda. Aunque yo muera, quedarán mis hijos y los hijos de mis hijos; y así sucesivamente, de generación en generación. Y como estas montañas no crecen, ¿por qué no vamos a ser capaces de terminar por removerlas?
Entonces El Sabio no tuvo nada que responder
.Lie Zi


POR QUÉ ZENG SHEN MATÓ AL CERDO
Un día, cuando la mujer de Zeng Shen salía para el mercado, su hijo lloró y clamó que lo llevara con ella.
- ¡Vuélvete a casa! – y para apaciguarlo, agregó: - Cuando yo regrese mataré al cerdo para ti.
Al regresar vio a Zeng Shen que estaba a punto de matar al cerdo. Rápidamente lo detuvo.
- Fue un decir – protestó –, sólo para calmar al niño.
- ¿Cómo puedes engañar al chico de esa manera? – le recriminó Zeng Shen –. Los niños no saben nada, pero imitan a sus padres y aprenden de ellos. Cuando tú defraudas al niño, le enseñas a mentir. Si una madre engaña a su hijo, éste no confiará en ella; no es la forma de educarlo.
Zeng Shen mató al cerdo.
Han Fei Zi


DIBUJANDO UNA SERPIENTE CON PATAS
En el Reino de Chu, un hombre que había hecho una ofrenda a la divinidad, dio a sus ayudantes la copa de vino del sacrificio.
- No es bastante para todos nosotros – dijeron los hombres –, pero es más que suficiente para uno. Dibujemos cada uno una serpiente en el suelo, y el vino será para el que termine primero.
El hombre que acabó primero, tomó la copa, pero sosteniéndola con la mano izquierda siguió dibujando con la derecha.
- Hasta puedo añadirle patas – dijo.
Antes que las terminara, otro de los ayudantes concluyó su dibujo y le arrebató la copa.
- La serpiente no tiene patas – dijo este último –, ¿por qué se las agrega?
Así diciendo, bebió el vino. Y el que había dibujado las patas se quedó sin beber.
Anécdotas de los Reinos Combatientes

LA FIGURA DE BARRO Y LA IMAGEN DE MADERA
Cuando el señor Meng Chang Jun decidió abandonar su tierra natal –el Reino de Qi– para desempeñar un cargo en el Reino de Qin, cientos de personas trataron de disuadirle. Pero él no les escuchaba. Entonces Su Qin, el retórico, quiso convencerle.
- He oído todos los argumentos que los hombres pueden discurrir – dijo el señor Meng Chang Jun –. Sólo faltan razones sobrenaturales.
- He venido sin la intención de discutir problemas terrenales – contestó Su Qin –. Pido audiencia para hablar de lo sobrenatural.
Entonces el señor le recibió, y Su Qin contó la historia siguiente:
«Pasando el río Zi, cuando venía hacia acá, oí como conversaban una figura de barro y una imagen de madera de durazno.
- Tú eras una porción de tierra en la ribera del Oeste – se mofaba la imagen de madera –. Ahora te han modelado en una figura; pero durante las grandes lluvias del octavo mes, cuando el río crezca, puedes estar segura que serás destruida.
- ¿Qué hay con eso? – respondió mordaz la figura de barro –. Vengo de la ribera Oeste, y cuando sea destruida volveré a ser parte de ella. Pero tú estás hecha de un palo de durazno del país del Este, tallado en imagen. Cuando vengan las grandes lluvias y el río crezca, tú serás barrida lejos y entonces, ¿qué harás?
- El Reino de Qin tiene entradas fortificadas a todos los lados, por lo que es como entrar en las fauces del tigre. Si va Ud. a Qin, temo que nunca volverá.»
Entonces el señor abandonó su plan
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Anécdotas de los Reinos Combatientes


QUIEN MERECÍA EL PUESTO DE HONOR
Un hombre que pasaba frente a la casa de un amigo notó que la chimenea era recta y que una pila de leña había sido colocada cerca de la estufa.
- Es mejor que construya otra chimenea con un codo – advirtió al dueño de casa – y aparte esa leña; de otra manera puede provocarse un incendio.
Pero el dueño de casa no hizo caso del consejo.
Tiempo después la casa se incendió; pero por fortuna los vecinos ayudaron a apagarla. Entonces la familia mató un buey y preparó vino para expresar sus agradecimientos a los vecinos. Aquellos que habían sufrido quemaduras fueron colocados en los puestos de honor; y el resto, de acuerdo a su mérito; pero no se mencionó al hombre que les había aconsejado construir una chimenea nueva.
- Si Ud. hubiera aceptado el consejo de aquel hombre – recordó alguien al dueño de la casa –, se habría ahorrado los gastos del buey y del vino y habría evitado el incendio. Ahora está Ud. agasajando a sus vecinos para agradecerles lo que hicieron, pero, ¿es justo olvidar al hombre que le aconsejó reconstruir la chimenea y apartar la leña, mientras trata a aquellos que sufrieron quemaduras como huéspedes de honor?
El anfitrión se dio cuenta de su error e invitó al hombre que le había aconsejado correctamente.

Historia de la Dinastía Han



LA ESCULTURA DEL FÉNIX
El artesano Gongshu estaba cincelando un fénix. Apenas había esbozado el penacho y las patas, y no esculpía aún el plumaje, cuando alguien dijo mirando la obra: «Parece un búho». Y otro: «Más bien recuerda a un pelícano».
Todos rieron y estuvieron de acuerdo al encontrar horrible la escultura, y sin talento al autor.
Cuando estuvo terminado, el fénix lucía un soberbio penacho de color esmeralda, que se erguía vaporoso por encima de su cabeza. Sus patas bermellón tenían reflejos deslumbrantes, sus plumas tornasoladas parecían estar hechas del brocado que tejen las nubes cuando se pone el sol, y su pecho era del color del fuego. Al oprimir con el dedo un resorte oculto el pájaro mecánico alzó el vuelo con un batir de alas. Y durante tres días se le vio subir y bajar por entre las nubes.
Todos aquellos que habían criticado a Gongshu no cesaban de elogiar su obra maravillosa y su talento prodigioso.

Liu Zi

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